El fenómeno de Tokio Hotel sigue causando
furor entre los adolescentes, y no sólo en Alemania. Con más de 6 millones de
álbumes vendidos, el cuarteto de Tom y Bill Kaulitz conquista el mundo de la
música pop.
Ellos son Tokio Hotel: Gustav Schäfer, Tom Kaulitz, Bill Kaulitz y Georg
Listing.
Son cuatro chicos de Loitsche, un pueblito cercano a Magdeburgo, en el este
de Alemania. Tom y Bill, los hermanos mellizos, hacen música desde que son
pequeños y siempre contaron con el apoyo de su padrastro, que los hizo subir por
primera vez a un escenario a los nueve años. Fue en un concierto cuando
conocieron a los otros dos miembros de la banda, Gustav Schäfer y Georg Listing,
y así formaron los cuatro el grupo “Devilish”, tocando en clubes locales y
participando en varios concursos. La carrera meteórica del grupo comenzó hace
siete años, luego de que Bill Kaulitz fuera descubierto en 2003 por un productor
durante el casting para un certamen musical.
Un plan para el éxito
Tokio Hotel trabajó durante dos años en estudio para producir su primer
álbum, al tiempo que tomaban clases instrumentales y de canto. Con su apariencia
andrógina y su vestimenta fuera de lo común, fue Bill Kaulitz el que más llamó
la atención de la prensa, ya que estaba predestinado a figurar en la tapa de
Bravo, la revista para adolescentes número uno de Alemania.
Desde un comienzo, el semanario, que se publica en la ciudad de Múnich siguió
paso a paso las actuaciones y los sucesos en la vida de Tokio Hotel. “Las nuevas
estrellas alemanas”, tituló la Bravo mucho antes de que saliera a la venta la
primera canción. Por eso, no sorprende que el simple con el que debutó el grupo,
“A través del monzón”, llegara rápidamente a ocupar los primeros puestos del
ranking discográfico. “Tuvimos una suerte increíble”, dijo entonces Bill
Kaulitz, “no es nada fácil encontrar la gente adecuada”.
No fue sólo suerte, sino también un gran trabajo de marketing los que
componen la clave del éxito del cuarteto pop, ya que su manager y su compañía
discográfica los llevaron, desde un principio, de una entrevista a la otra. En
Alemania, no hubo quien no tarareara, aunque fuera sin querer, los éxitos de
Tokio Hotel desde el 2005 hasta el 2008.
Personajes de la cultura emo
Incluso un semanario alemán como Stern, más bien crítico, publicó un
largo reportaje sobre la banda con el título ‘Nirvana para adolescentes'. Sobre
todo el cantante, Bill Kaulitz, es siempre el foco de atención por su estilo de
vestirse y de peinarse. Con los párpados pintados, el peinado, una mezcla de
punk y manga, una perforación en la lengua y ropas vistosas, Bill es un ídolo
adorado por cantidades de fans femeninas.
Para resumir el estilo de Tokio Hotel se puede decir que le ponen sentimiento
al rock duro, ya que en la ‘tribu urbana' de los emos está muy bien visto
dar rienda suelta a las emociones. Y son, sobre todo, las chicas las que se
identifican con sus textos, que hablan sobre la vida, el amor, el dolor y la
rabia . Además, son autobiográficos en parte, ya que los padres de los hermanos
Kaulitz se separaron cuando ellos eran niños aún.
Amados, odiados y celebrados mundialmente
Tener muchos fans provoca también mucha envidia. A Tokio Hotel, o se los ama
o se los rechaza. A menudo se los parodia, y en Internet aparecen campañas
contra la banda de cuando en cuando. En 2006, Bill fue elegido durante un
programa de televisión como el “alemán más enervante”. Pero, a pesar de todo,
Tokio Hotel sigue acumulando éxitos. La banda ganó diversos galardones musicales
en Alemania y en el extranjero. En Francia son megaestrellas; cuentan con una
gran comunidad de seguidores en Sudamérica, y, en los EE. UU., sus dos últimos
discos figuraron entre los primeros 40 puestos del ranking. En Israel, unos
6.000 fans firmaron una petición para que Tokio Hotel pudiera tocar en su país,
y lo lograron.
Los chicos de Magdeburgo lograron incluso que sus admiradores en el
extranjero aprendieran alemán para poder cantar sus temas, aunque ya han grabado
algunos de sus discos en inglés. En los últimos años, Tokio Hotel se ha dedicado
a proyectos de beneficencia, y Bill Kaulitz desfiló últimamente para un
diseñador en la Semana de la Moda de Milán. Pero el grupo no se queda quieto, y
como la música es lo suyo, es seguro que la carrera musical de Tokio Hotel aún
ha llegado a su fin.
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